20.3.09

Yo celoso?

¿Es usted una persona celosa? Vosotros tiranos, tiranos celos. Vosotros, tira/los del espíritu. JOHN DRYDEN. THE SONG OF JEALOUSY ¿Es usted una persona celosa? Cuando hice esta pregunta a 728 personas en tres investigaciones diferentes, poco más de la mitad (54 por ciento) respondieron: "Sí, soy una persona celosa". Casi la mitad (46 por ciento) respondió: "No, no soy una persona celosa".' Casi todas las personas que se describieron a sí mismas como no celosas han experimentado celos en algún momento de sus vidas. Más aún, sus experiencias fueron bastante similares a las de las personas que se describieron como celosas. Pero como veremos la diferencia de autopercepción entre las personas que se definen a sí mismas como "celosas" y las que se definen como "no celosas" tiene consecuencias de vasto alcance para el modo de hacer frente a los celos. La experiencia de los celos Trate de recordar el acontecimiento que lo hizo sentir más celoso. Tal vez le resulte difícil, pero recuerde el acontecimiento tan vívidamente como le sea posible y con la mayor cantidad de detalles. ¿Qué incidentes que estuvieran relacionados lo precedieron? ¿Cómo era la relación antes de que ocurriera? ¿Dónde y cuando se produjo? ¿Cuál fue el desencadenante? ¿Quién era la persona que se interpuso entre ustedes? Cuando sucedió, ¿cómo estaba su compañero? ¿Cómo se sentía usted? ¿Qué pensaba? Idealmente, debería recordar los detalles suficientes para poder reproducir el acontecimiento sobre un escenario o como si lo estuviera viendo en una pantalla. Una vez que el acontecimiento esté claro en su memoria, trate de recordar con cuánta intensidad experimentó cada uno de los componentes -físicos, emocionales y cognitivos (relacionados con el pensamiento)- de los celos que se presentaron a continuación. ¿Experimentó cada uno de esos componentes muy intensamente, moderadamente o no lo experimentó en absoluto? Si usted es semejante a las 728 personas que respondieron el cuestionario probablemente experimentó muchos de estos componentes de los celos en una cierta medida, y experimentó los que están en la parte superior de cada lista más intensamente que los que están al pie. Si experimentó todos los ítems de la lista muy intensamente, o no experimentó ninguno en absoluto, pertenece usted a la pequeña minoría de los que son "anormalmente celosos" o bien a la de los "anormalmente no celosos". Anormal, como señalé en el capítulo uno, no significa patológico, sino fuera del rango intermedio en el que caen la mayoría de las respuestas. Qué hacer al respecto es algo que depende de usted. Si la intensidad de sus celos es tal que a usted le resulta difícil manejar los, y si las técnicas recomendadas en este libro no son suficientes, tal vez le convenga pedir ayuda profesional. Es importante señalar que la experiencia de los celos a la que se refirieron tanto las personas que se describieron a sí mismas como "celosas" como las que se consideraron "no celosas" fue similar; la única diferencia estuvo en la intensidad. Aquellos que se describieron a sí mismos como "una persona celosa" dijeron que experimentaron "intensamente" sentimientos de dolor, pena, inferioridad, agresión y resentimiento, mientras que los que se describieron como "no celosos" aseguraron que las habían experimentado "moderadamente". En todos los otros casos las diferencias entre los dos grupos fueron aun menores. Esto indica que a pesar de su complejidad los celos tienen algunos rasgos universales e identificables.
Las situaciones que desencadenan los celos Es probable que no le resulte sorprendente descubrir que la intensidad de la experiencia con los celos está relacionada con las circunstancias en que éstos despiertan. A las personas que participaron en mi investigación se les plantea ron las siguientes situaciones. Eran todas situaciones reales que les habían ocurrido a personas reales. ¿Cuántos celos experimentaría usted si... . durante una fiesta, su compañero se dedica a flirtear y pasa buena parte del tiempo bailando íntima mente y comportándose provocativamente con alguna otra persona? . su compañero dedica mucho tiempo, durante una fiesta, a bailar con otra persona? . su compañero se pasa un largo tiempo durante una fiesta conversando con otra persona? . están en una fiesta y su compañero desaparece por un lapso prolongado? . están en una fiesta y después de un rato usted se da cuenta de que no sabe dónde está su compañero? . atiende el teléfono de su casa y el que llama dice: "perdón, número equivocado", o simplemente cuelga? . llama por teléfono a su compañero y la línea está ocupada? Si usted es como las otras personas que respondieron, debería sentir más celos en la primera situación, cuan do su compañero se comporta más provocativamente. No debería sentir celos en las tres últimas situaciones: cuan do el teléfono está ocupado, cuando alguien corta la comunicación al atender usted o cuando no sabe dónde esta su compañero durante una fiesta. Si estas últimas situaciones le provocan celos, usted es una persona "anormal mente" celosa. Ésta puede ser una condición temporaria provocada por el descubrimiento reciente de un amorío o también una condición más permanente. Si la primera situación no le provoca celos usted es una persona "anormalmente" no celosa. La mayoría de las personas que respondieron esta pregunta se sintieron celosas incluso en situaciones me nos extremas que aquella en que su compañero bailaba íntimamente con otra persona; para muchos, ese comporta miento es una razón suficiente para abandonar la relación y no simplemente la fiesta. Ver que el compañero de uno pasa mucho tiempo durante una fiesta bailando con otra persona ("sólo porque él, o ella, baila tan maravillosamente, y por ninguna otra razón" es suficiente para poner celosas a la mayoría de las personas. Lo mismo vale para el caso en que uno ve que su compañero pasa mucho tiempo durante una fiesta conversando con otra persona ("sólo porque él, o ella, trabaja en la misma empresa y resulta políticamente conveniente". Si usted se encuentra en una situación así, y su compañero "no puede entender" por qué usted está haciendo semejante escándalo por un baile o una conversación "inocentes", puede consolarse (y explicárselo a su compañero) con la certeza de que la mayoría de las personas habrían reaccionado del mismo modo. Dicho de otro modo, usted no es una persona "anormalmente" celosa. Analicemos algunos otros de los desencadenantes más comunes de los celos. ¿Sentiría (o siente) usted celos cuando su compañero... . tiene un (o una) amante? . tiene un amigo (o amiga) íntimo que es soltero (o soltera) y está disponible? . tiene un amigo (o amiga) íntimo? . se relaciona con personas solteras y disponibles? . expresa su aprecio e interés por una persona a la que ha conocido casualmente? . expresa su admiración por un desconocido atractivo que ve pasar? . expresa su admiración por una estrella del cine o la televisión? Cuando es más probable que la gran mayoría de las personas se pongan celosas es cuando su compañero tiene un amorío. Se trata de una buena razón: las investigaciones dan a entender que la mayoría de los matrimonios en los que hay un amorío terminan en divorcio. Un amorío es una amenaza importante para una relación íntima, y los celos que desencadena reflejan eso. La admiración por una estrella del cine, en cambio, no provoca celos a la mayoría de las personas. Si usted siente celos aun en esa situación, es una persona "anormalmente" celosa. Si usted no siente celos ni siquiera cuando su compañero tiene un (o una) amante, o ya no valora la relación o bien es una persona "anormalmente" no celosa. Sin duda, la situación que es más probable que provoque celos es aquella en la que el compañero tiene un (o una) amante. Pero resulta que aun en este caso hay diversas variantes. ¿De qué magnitud serían los celos que usted experimentaría si... . su compañero le anuncia que él, o ella, se ha enamorado de otra persona y está considerando la posibilidad de abandonarle? . su compañero tiene un amorío importante y prolongado? . su compañero tiene un amorío, pero le asegura que es resultado de su necesidad de variación y no afecta de ninguna manera su relación? . su compañero está abierto a experiencias sexuales ocasionales y las tiene con frecuencia? . descubre que hace poco su compañero tuvo una relación ocasional "de una noche"? . descubre que su compañero tuvo un amorío hace muchos años, cuando ustedes dos ya eran una pareja? . descubre que su compañero tuvo un amorío hace muchos años, antes de que ustedes dos fueran una pareja? . descubre que su compañero tuvo un amorío hace muchos años, cuando ustedes dos ya eran una pareja, con una persona que ahora está muerta? . descubre que su compañero tuvo un amorío hace muchos años, antes de que ustedes dos fueran una pareja, con una persona que ahora está muerta? Todas las personas que respondieron a estas preguntas dijeron que los celos más intensos correspondían a la situación en la que su compañero les anuncia que él (o ella) se ha enamorado de otra persona y piensa abandonarla. Esta es la pesadilla que desencadena los celos más intensos, aun en aquellas situaciones en que este tipo de amenaza no se plan tea. La razón es obvia: esta situación representa la peor amenaza posible a una relación de amor considerada valiosa: su final no querido, no esperado y doloroso. En uno de mis talleres, una mujer contó lo que había ocurrido cuando se encontró en esta precisa situación. "Mi esposo llegó a casa una noche con aspecto muy sombrío. Cuando le pregunté cuál era el problema, dijo que se había enamorado de otra mujer, que había estado teniendo un amorío con ella durante cierto tiempo, y que finalmente había decidido dejarme e irse a vivir con ella. Yo me enfurecí. Le salté encima y empecé a pegarle en la cara con las manos. Él es mucho más gran de y fuerte que yo, pero no hubo caso, no pudo detenerme. No paré hasta que me di cuenta de que su cara estaba llena de sangre." Años después del incidente todavía no lo había superado. Cuando lo contó en el taller temblaba y sollozaba, y todavía no lograba comprender cómo ella, una persona sensata, serena y no violenta podía haber hecho lo que hizo. Sin embargo, los profesionales saben que en la situación que vivió esta mujer es en la que más altas son las probabilidades de que se produzca una reacción violenta. La persona que es abandonada por otra siente que la empujan contra la pared y que no dispone de ningún recurso para impedir la inminente catástrofe. La violencia es una respuesta a la frustración, al dolor, la rabia y la desesperación. (Volveremos sobre este punto más adelante, durante el análisis de la relación entre los celos sentimentales y la violencia.) A la mayoría de las personas interrogadas el solo hecho de contemplar la posibilidad de que su compañero las abandonara les resultaba intolerable. Otras situaciones relacionadas con algún amorío en curso -incluso una aventura ocasional de una noche- también provocaban muchos celos. En cambio, un amorío que tuvo lugar muchos años atrás, especialmente si ocurrió antes de que fueran una pareja, despertaba pocos celos o no los provocaba en absoluto. ¿La razón? Este tipo de amorío ya no plantea una amenaza a la relación. En las raras ocasiones en que ello ocurre -como en el caso de la esposa que no para de contarle a su nuevo marido cuán maravilloso era su difunto esposo-, lo más probable es que desencadene celos. Esto es así a pesar de que la "otra persona" ya no significa una amenaza "real" para la relación. Una relación pasada puede provocar una amenaza "percibida" aun en el caso de que no haya una provocación tan obvia. Una mujer describió los celos que sintió cuando vio por primera vez a la ex esposa de su marido: "Estábamos en el estadio, sentados, esperan do que empezara el partido de fútbol, cuando mi marido dijo, "Ahí está Meg", y señaló a una mujer que estaba sentada del otro lado del pasillo. Sentí que la sangre se me iba a la cabeza y pensé que me desmayaba. El hecho de que el divorcio hubiese sido terrible y que hubiese ocurrido antes de estar juntos nosotros no significaba nada para mí en ese momento. Lo único que podía pensar es que habían sido novios en la secundaria, algo que nosotros nunca pudimos ser, y que él había estado locamente enamorado de ella en aquellos días de su juventud." Aun un amorío que tuvo lugar muchos años atrás con una persona que ahora está muerta puede provocar celos en su momento a pesar del hecho obvio de que esa persona no puede significar una amenaza real, porque la persona muerta plantea una amenaza a la calidad de la relación. Un ejemplo muy ilustrativo de una situación de ese tipo es el que se describe en el cuento corto de James Joyce, El muerto. Después de una espléndida cena familiar de Noche buena, Gabriel siente deseos de hacer el amor con su esposa Gretta. Pero ella está ensimismada en algo; una canción que alguien cantó en la reunión le recordó a un joven que cono ció en su adolescencia. Gabriel, que quiere hacerla salir de ese estado de ánimo poco propicio para hacer el amor, siente una punzada de celos: "Al hacerle la pregunta trató de mantener el tono frío pero cuando habló le salió una voz tímida e indiferente. "-Supongo que estabas enamorada de este Michael Fury, Gretta -dijo. "-Lo pasaba muy bien con él en ese entonces -replicó ella. "Lo dijo con una voz opaca y triste. Gabriel, que ahora sentía cuán vano sería tratar de llevar la a hacer lo que él quería, le acarició una mano y dijo también con tristeza: "-¿Y de qué murió tan joven, Gretta? ¿Tuberculosis? "-Creo que murió por mí -respondió ella. "Un vago terror se apoderó de Gabriel al es cucharla, como si en ese momento en que se había esperanzado con salir airoso de la situación, un ser impalpable y vengativo se alzara ante él, reuniendo fuerzas para atacarlo desde su vago mundo. Sin embargo, logró liberarse de él gracias a un esfuerzo de la razón y siguió acariciándole la mano. La razón le dice a Gabriel que no hay nada que temer. Sin embargo, sabe perfectamente bien que Fury, el muerto, lo ha derrotado en la batalla por el amor de Gretta. Así como una relación del pasado todavía puede plantear una amenaza, sitas circunstancias en las que se descubre un amorío resultan ser penosas pueden entrañar una amenaza adicional no sólo para la relación en sí misma sino también para la imagen que los otros tienen de la pareja. ¿De qué magnitud serían los celos que usted experimentaría en cada una de las siguientes situaciones? ¿No se sentiría celoso en absoluto? ¿Sentiría celos moderados? ¿Se sentiría sumamente celoso? Una vez más, todas éstas son situaciones que realmente ocurrieron. Usted descubre que su compañero tiene un amorío y... . Su compañero actúa con suma indiscreción, estalla un escándalo en medio de una gran fiesta, usted se encuentra colocado en el papel del amante traicionado y se espera que reaccione. . Su compañero actúa con suma indiscreción, estalla un escándalo, usted se encuentra colocado en el papel del amante traicionado y se entera de todo estando solo. . Todo el mundo menos usted lo sabe desde hace tiempo pero nadie ha dicho nada. . Todo el mundo lo sabe. . Sólo usted y unos pocos y fieles amigos íntimos lo saben. . Su compañero actúa con mucha discreción, los úni cos que lo saben son los tres implicados, y ellos dos saben que usted lo sabe. . Su compañero actúa con mucha discreción, nadie más lo sabe, y su compañero no sabe que usted sabe. De acuerdo con las respuestas de los interrogados, el peor desencadenante de los celos no es la situación en la que estalla un escándalo en medio de una gran fiesta. Una mujer que se encontró en esta situación describe así la experiencia: "Yo quería irme de la fiesta, y como no podía encontrar a mi marido, decidí irme sola. Fui a buscar mi abrigo con otros invitados que también se disponían a partir. Abrí la puerta del dormitorio donde habíamos dejado los abrigos con los otros invitados pisándome los talones. Allí, encima de la pila de abrigos, estaba mi marido follando con la puerca con la que había estado flirteando toda la noche... Sentí que la sangre me subía a la cabeza y me empezaron a temblar las rodillas. Pero sabía que todo el mundo me estaba mirando y esperando mi reacción. Así que me limité a decir: 'Adiós, querido. Me voy a casa', y me fui." La serenidad con la que reaccionó le dio a esta mujer la posibilidad de mantener la situación bajo control. Ésta y otras experiencias similares indican que, en general, las personas prefieren minimizar sus reacciones de celos en público. La expresión valiente que adoptan les ayuda a controlar sus reacciones, en cierta medida al menos, y manejar mejor sus celos. Cuando usted descubre que su compañero tuvo duran te años un amorío del que todo el mundo estaba enterado menos usted, no tiene la presencia de ánimo que una actuación pública como la mencionada puede procurarle. Un hombre que pasó por esta experiencia devastadora la describe así: "Estuvimos casados treinta y siete años y yo estaba seguro de que el nuestro era un matrimonio maravilloso. Un día volví a casa temprano y descubrí a mi esposa en el dormitorio con un hombre a quien yo consideraba uno de mis mejores amigos. Para mí fue devastador. Luego descubrí con horror que esto había estado sucediendo desde hacía varios años y que todos nuestros amigos y conocidos lo sabían pero nadie había dicho nada. Me sentí traicionado y humillado. Me los imaginaba hablando a mis espaldas, riéndose de mí..." El hombre sentía que hubiera sido más fácil soportar la situación si sólo hubieran estado enterada de ella las tres personas implicadas. Uno podría argüir que un amorío que ha durado años no plantea una gran amenaza a un matrimonio, especialmente si todos, entre ellos el compañero infiel, han tratado de protegerlo manteniendo esa relación en secreto. Aunque el descubrimiento de la "puerca encima de los abrigos" puede ser más molesto en ese momento preciso, un amorío secreto que se ha prolongado en el tiempo representa una amenaza mucho más grave. De todos modos, ambos incidentes soca van los cimientos de la confianza en el matrimonio. ¿Por qué nuestra reacción a situaciones "públicas" de esa naturaleza es tan extrema? La razón es que estas situaciones amenazan la imagen pública de nuestra relación. Hemos sido socializados para creer que la gente se enamora de su "alma gemela" y vive con ella, y sólo con ella, "y son felices para siempre". Parte del dolor relacionado con el des cubrimiento de que nuestro compañero está teniendo un amo río proviene de la toma de conciencia de que ya no podernos aplicarnos esa imagen idealizada a nosotros mismos. Cuando hay otra gente que está enterada del amorío, la imagen que los demás tienen de nuestra relación queda destruida. El hecho de que los demás lo sepan nos priva de la opción de simular ante el mundo que "todo marcha bien".
¿Cuán celoso (o celosa) es usted? Después de examinar estas diferentes situaciones y las respuestas que pueden desencadenar y compararlas con las que usted haya dado, ¿cuán celoso (o celosa) piensa que es? ¿No lo es en absoluto? ¿Moderadamente? ¿Suma mente? Casi todas las personas que respondieron a mi cuestionario se describieron a sí mismas como moderadamente celosas. Las pocas personas que se describieron a sí mis mas como sumamente celosas o como nada celosas son las que caracterizaríamos como anormalmente celosas o anormalmente no celosas. Anteriormente le pedí que evocara la experiencia de celos más intensa que hubiera vivido. Volvamos a esa experiencia. ¿Por cuánto tiempo se prolongó? ¿Minutos? ¿Días? ¿Meses? ¿Años? La mayoría de las personas sostiene que una experiencia extrema de celos dura algunos días. En unos pocos casos, cuando la experiencia es especialmente traumática o la persona es especialmente propensa a los ce los, puede prolongarse por meses e incluso por años sin perder su intensidad. Jane, una mujer elegante y atractiva, estuvo felizmente casada treinta y cinco años hasta que descubrió que su esposo había tenido un amorío con una mujer más joven que había conocido en su trabajo. Siete meses después de haber descubierto el amorío -y cuando ya hacía mucho tiempo que su marido lo había dado por terminado- Jane todavía no podía superar los intensos celos que sen tía. No podía dejar de pensar en la otra mujer y comenzó a espiarla. La primera vez que pudo verla fue en una matineé de opera. El hecho de ver a su rival ataviada con un escandaloso vestido escotado en la espalda la sumió en un abatimiento que duró semanas. El descubrimiento de que el esposo con quien una ha estado casada treinta y cinco años, un hombre que una consideraba su mejor y más sincero amigo, la ha traicionado es sin duda una causa más que justificada para sentirse sumamente celosa. Sin embargo, las personas "anormalmente celosas" reaccionan poniéndose extremadamente celosas ante desencadenantes mucho más moderados, y con mucha mayor frecuencia que el resto de la gente. Los "celos anormales" pueden ser consecuencia de haber elegido a un compañero que es probable que nos haga poner celosos (debido a su personalidad, a nuestra propia falta de confianza o a la dinámica de la interacción que tenemos con él). Otra causa puede ser que imaginemos amenazas aun cuando no las haya en absoluto: "Cada mujer atractiva que veo por la calle es una amenaza. Cuando pienso en las mujeres que él conoce en su trabajo siento que me vuelvo loca de celos". ¿Con qué frecuencia experimenta usted celos desmedidos? ¿Nunca? ¿Muy pocas veces? ¿Ocasionalmente? ¿A menudo? ¿Todo el tiempo? Para la mayoría de las personas la experiencia de sentir celos intensos es poco común. Las personas que son "anormalmente no celosas" nunca experimentan celos intensos. Hay personas que para protegerse evitan involucrarse con alguien de quien están apasionada mente enamoradas. Otros recurren al simple expediente de "no ver", o ignorar, la amenaza. Los celos pueden ser una experiencia sumamente dolorosa, pero hacerlos cesar no es fácil. Pregunta: ¿puede usted dejar de estar (sentirse, pensar, actuar) dominado por los celos? ¿Decididamente sí? ¿Sólo hasta cierto punto? ¿Decididamente no? La mayoría de las personas pueden lograrlo, pero sólo hasta cierto punto. Cuando uno está en medio de una crisis de celos, esto resulta particularmente difícil. Más adelante encontrará una sección que aporta sugerencias acerca de cómo lograrlo. Jane decía que no podía dejar de estar celosa. Por mucho que lo intentara no podía dejar de pensar en la otra mujer: en cómo lucía en el teatro con su vestido escotado en la espalda, en cómo sonaba su voz en el contestador automático ("tan artificialmente alegre", en cómo debía de haberse comportado con su marido (libre, atrevida). Jane no podía evitar que su mente volviera una y otra vez sobre cada uno de los detalles del amorío. Jane sólo pudo sobreponerse a sus intensos celos a través de la terapia. Así fue como llegó a comprender que ella hizo su parte para facilitar aquel amorío al mantener se distante e inaccesible en circunstancias en que su esposo necesitaba apoyo y quería demostrarse a sí mismo su virilidad. También comprendió que el amorío de su esposo sólo explicaba en parte su obsesión con la otra mujer. Sus pensamientos y sentimientos estaban relacionados con su propia desilusión a propósito de las elecciones que había hecho en la vida. La otra mujer tenía una carrera exitosa y había logrado muchas de las cosas que Jane habría querido lograr. Como mujer libre e independiente que era, su rival podía darse el lujo de acudir al teatro vestida con un atuendo escandalosamente sexy. También podía hacer otras cosas (como andar en amoríos) que Jane, como mujer casada y ama de casa con todas sus responsabilidades familiares, nunca podría darse el lujo de hacer. Jane dedicaba su vida a su esposo y sus hijos. Nunca tenía tiempo para sus intereses personales y sin embargo su dedicación parecía no tener un reconocimiento. Una vez que Jane comprendió las raíces de su obsesión pudo orientar la energía que ponía en movimiento a sus celos hacia el descubrimiento de nuevos modos de darle sentido a su propia vida. Link http://www.inteligencia-emocional.org/cursos-gratis/celos/index.htm APRENDER A MANEJAR LOS CELOS MANUAL PRÁCTICO Basado en las Investigaciones de Ayala Malach Pines Índice del Manual Introducción- Los celos, ¿dónde está el límite? ¿Cuál es su definición personal de los celos sentimentales? La predisposición a los celos Celos y envidia Celos normales y celos anormales Los celos sentimentales como la sombra del amor ¿Es usted una persona celosa? Las situaciones que desencadenan los celos Gente que provoca celos ¿Cuán celoso (o celosa) es usted? La persona celosa y la relación que produce celos ¿Existe la «personalidad celosa”? Una palabra acerca de los celos moderados Las raíces inconscientes de los celos sentimentales El enfoque psicodinámico de los celos Las raíces de los celos según Freud Celos proyectados y celos delirantes La dinámica de la tolerancia patológica Sam y Amalia Las raíces de los celos delirantes Otra vez con Sam y Amalia Una evaluación del enfoque psicodinámico Se trata a la pareja, no al miembro celoso. El enfoque sistémico de los celos Dave y Lillian: un amorío como forma de comunicación Jane y Dane: un amorío como forma de huir Los celos cumplen una función El tratamiento de los “celos anormales” mediante el enfoque sistémico Los celos en el comienzo de una relación Técnicas del enfoque sistémico que usted puede emplear para hacer frente a los celos Los hombres se enfadan, las mujeres se deprimen Los enfoques diferentes que los hombres y las mujeres tienen en las relaciones ¿Cuál es el sexo más celoso? El enfoque sociobiológico Una perspectiva de poder ¿Por qué considerar las diferencias de sexo en el análisis de los celos? La integración de la perspectiva sociobiológica con la del poder ¿Son universales los celos? ¿Qué tiene que ver todo esto con su problema de celos? Una evaluación del enfoque psicosocial Cómo hacer frente a los celos sentimentales ¿Qué hacer frente a un problema? ¿Cómo se hace frente a los celos? El enfoque conductista de los celos Terapia racional-emotiva para el tratamiento de los celos Terapia de Implosión Fisiológicamente Monitoreada La técnica de Bernie Zilbergeld “Dar vuelta la tortilla” Una evaluación del enfoque conductista de los celos ¿Puede emanar algún bien de los celos sentimentales? Los celos nos hacen examinar nuestra relación Los celos les enseñan a las personas a no dar por descontado el amor del otro Los celos son una señal de amor Los celos son un instrumento para inducir al compromiso Los celos intensifican las emociones Los celos agregan pasión al sexo Los celos protegen al amor Una historia de amor y celos: Alan, Linda y Gail Análisis del caso Post Scriptum Una última palabra a propósito de los cinco enfoques de los celos

0 comentarios: